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Las oficinas, ¿espacios en vía de extinción?

Abr 23, 2021

Cuando vemos que alrededor de seis millones de personas en Colombia, según el diario El País, tuvieron que trabajar desde casa como consecuencia de la pandemia, sumado a que las cifras de vacancia de oficinas según Revista Semana para junio del 2020 tuvieron una disminución del 13 %, seguramente lo primero que se nos viene a la mente es que las oficinas son espacios en vía de extinción. Sin embargo, contrario a lo que parece, estos espacios seguirán siendo una necesidad para los procesos de trabajo en equipo y conexión de las compañías con las personas.

Si bien la mayoría de las actividades empresariales se vieron migradas a teletrabajo en pro de salvaguardar el bienestar de los empleados, fue posible evidenciar que más del 58 % de los empleados, según la más reciente encuesta global realizada por la firma JLL, manifestaron extrañar asistir a las oficinas, esto debido a la falta de relacionamiento con sus compañeros, la cual resulta de alguna manera vital para el buen desempeño de las labores.

Pese a que las cuarentenas nos dejaron claro que era posible trabajar en la virtualidad y mantener buenos resultados, entender que existen factores en la presencialidad, que posiblemente antes de la pandemia no eran considerados como importantes, hoy resultan claves en el éxito organizacional, por lo que se hace necesario repensar en estos espacios de oficina y su organización para que así estas dinámicas puedan ser desarrolladas de la manera más segura posible.  Pensar más en espacios de colaboración será no solo una tendencia, sino el camino para la reactivación de estos espacios.

Según el más reciente estudio realizado por la firma JLL, el modelo ideal de oficinas antes de la pandemia estaba basado en un 60 % a un 70 % de espacios individuales y de apoyo, donde tan solo el 15 % pertenecía a espacios informales de colaboración, sociales o de soporte. La pandemia hizo visible la importancia de darle un giro a las cifras e incrementar los espacios colaborativos y así aumentar entre 30 % a 40 % los espacios que se prestan para la interacción de los colaboradores, adaptándose así al nuevo modelo de oficinas.

Por otro lado, las oficinas desde un plano físico juegan un rol fundamental en la formación de sentido de pertenencia con la compañía, el espacio se convierte en un recurso simbólico que hace que los colaboradores se sientan parte de un todo que, en este caso, es la empresa para la que trabajan.

Además, y aunque parezca obvio, si un trabajo requiere de otras personas para concluir con éxito un proyecto, la efectividad e innovación que surge en el encuentro presencial de equipos de trabajo en las oficinas nunca será superada por la virtualidad por más software especializado que se tenga, nada logra equipararse en calidad a las reuniones presenciales.

Sin duda, después de la Covid-19, las oficinas serán una extensión de la vida de los colaboradores, por ello pensar en modelos híbridos a la hora de diseñarlas es clave para posicionar proyectos exitosos que traigan consigo una buena retribución a nuestros inversionistas y que estén pensados teniendo en cuenta las nuevas necesidades como espacios abiertos y amplios en los que se puedan propiciar una cultura de organizacional en la que  el “colaborar” sea el factor principal y por supuesto con suficiente ventilación para que se presten para salvaguardar la salud y el bienestar de los colaboradores.

En definitiva, pese a todo lo que nos demostró la pandemia frente a la virtualidad y el trabajo en casa, las oficinas no se extinguirán, por el contrario, seguirán siendo pieza clave para la productividad en varios aspectos de las compañías, tal vez ahora, con un papel más ligado a un espacio de interacción y co-creación, más allá del lugar para ir a trabajar.