En medio del aislamiento preventivo obligatorio decretado por la pandemia del COVID-19, una de las discusiones que se ha dado es sobre el pago de los arriendos de locales comerciales- teniendo en cuenta que la mayoría de ellos están cerrados u operando por debajo de su capacidad- y de arriendos de vivienda, debido a la reducción de ingresos de algunas familias. Como forma de equilibrar esas relaciones entre arrendador y arrendatario, el Gobierno Nacional tomó varias medidas para evitar agudizar la crisis en el sector inmobiliario, dentro de las que se resaltan la suspensión temporal del aumento de los cánones de arrendamiento, buscar acuerdos entre los arrendadores y arrendatarios para llegar a acuerdos de pago, la prohibición de los desalojos y la suspensión temporal del pago de IVA dentro del valor del canon. Hay que agregar que al cierre de este blog se aprobó a algunos arrendatarios de comercio la posibilidad de entregar anticipadamente y sin multas los locales comerciales.
Pero si queremos saber qué tanto solucionan o no estas medidas la problemática que en medio de esta pandemia está teniendo el sector, que por cierto como comentario de fondo, juega un importante papel para la economía nacional, habría que empezar por responder ¿cómo funciona la cadena de los arriendos en Colombia?
Por otro lado, cuando el arrendador es un fondo inmobiliario, si bien su patrimonio es mucho más fuerte, estos recursos de inversión en diferentes portafolios se logran a partir de la acumulación de ahorros de millones de personas, especialmente de los fondos de pensiones. Es decir, son recursos administrados por los gestores de los fondos inmobiliarios, pero pertenecen mayoritariamente a los 16.000.000 de afiliados a las AFPs. En ese sentido, si se interrumpe la cadena y el arrendador es un fondo inmobiliario, son millones de colombianos los que verán afectado su ahorro o su ingreso periódico.
Adicionalmente, los fondos también toman deuda usualmente para comprar ese portafolio de inmuebles, por lo que los bancos también son parte en esta cadena y cualquier decisión que se tome puede afectar la capacidad de pagarles las mencionadas obligaciones financieras. Además, están las aseguradoras y las inmobiliarias, que sirven como intermediarias entre los arrendadores y arrendatarios para lograr los mejores acuerdos para el beneficio de toda la cadena y para garantizar que estos se cumplan. Las empresas que prestan servicios de pólizas y seguros de arrendamiento en el país no son muchas. Según Fasecolda “casi todas tienen en común la cobertura de costos relacionados con el pago de arrendamiento y la cuota de administración, lo que las convierte en una herramienta clave para evitar la pérdida de patrimonio o el daño en inmuebles”.
En pocas palabras en el sector inmobiliario, al igual que en los diferentes sectores económicos, es indispensable proteger la cadena productiva, además de que se cuenta con diferentes actores que dan garantías y respaldo para que el flujo de capital se pueda hacer de la mejor manera y garantizando la protección de las inversiones de cada uno de los implicados. Así que la ecuación parece simple, si protegen la estabilidad de la cadena, las medidas del Gobierno van a funcionar, aquí hay que buscar equilibrio para todos los actores.
Cierro con otro comentario de fondo, el sector de la construcción siempre ha sido un motor de la economía y que además genera garantías para la inversión. Ahora bien, hablando como socio de Nexus Capital Partners, no solo como experto, considero que aun en ciclos de vacancia alta es posible realizar inversiones de renta inmobiliaria rentables, teniendo en cuenta el apoyo y las políticas para vivienda VIS y No VIS que ha implementado el Gobierno para promover la compra de vivienda propia.